El Instituto de Fomento Empresarial, con el soporte de Panorama Audiovisual, han organizado este jueves en el madrileño hotel The Westin Palace una jornada en la que se ha analizado el nuevo escenario audiovisual tras el apagón analógico, y los nuevos modelos de negocio con retos como el Hybrid Broadcast Broadband HBB, la alta definición, la estereoscopía o la interactividad. También se ha hecho un repaso a las consecuencias que conllevará la Ley General de Comunicación Audiovisual.

Bajo el título de “Rentabilidad e innovación en televisión en el nuevo escenario audiovisual”, el Instituto de Fomento Empresarial, con el soporte de Panorama Audiovisual, han organizado este jueves en el madrileño hotel The Westin Palace una jornada en la que se han analizado los principales retos de la industria tras el apagón analógico.

La jornada ha estado presidida por Eladio Gutiérrez, presidente de Impulsa TDT, y en ella han participado destacados ponentes que han compartido su visión sobre el sector con numerosos profesionales. Raúl Rubio Velázquez, asociado senior de Landwell-Pricewaterhousecoopers, ha hecho un repaso a lo que supondrá el nuevo marco regulatorio derivado de la Ley General de la Comunicación Audiovisual, que entrará en vigor el próximo 1 de mayo, en lo relativo a su objeto y ámbito de aplicación, derecho del público y de los prestadores, publicidad, contrataciones en exclusiva, licencias y registro, el papel de los prestadores públicos, la creación del nuevo consejo Estatal de Medios Audiovisuales y su estatuto jurídico, y las sanciones previstas en el texto.

Rubio ha matizado que esta nueva ley deja fuera a las redes y servicios de comunicaciones electrónicas utilizadas para el transporte y difusión de señales, aquellas plataformas que difundan programas cuya responsabilidad editorial corresponda a terceros, comunicaciones audiovisuales sin carácter económico, los servicios web de titularidad privada (entendidos como particulares) y los que tengan por objeto contenido audiovisual generado por usuarios. Por el contrario, regulará a los arrendatarios de una licencia de comunicación audiovisual y a aquellas personas físicas o jurídicas que tengan control efectivo de la dirección editorial (selección, organización, horarios… de la programación), incluyendo servicios de IPTV o música a la carta como sería el caso del servicio Spotify.

También ha hecho hincapié en que el nuevo texto reconoce el derecho de los prestadores del servicio de comunicación radiofónica a emitir su programación en cadena, con especial atención hacia las locales y en la controvertida obligatoriedad de emisión de producción europea.

Por último, ha repasado los derechos del menor recogidos en la ley estableciendo una responsabilidad subsidiaria sobre los fraudes que se puedan producir en programas de contenidos relacionados con el esoterismo, las paraciencias (únicamente se podrán emitir entre las 22 y las 7 horas) y los juegos de azar y apuestas no públicos (entre 1 y 5 de la madrugada), y la prohibición de emitir contenidos pornográficos en abierto. En cuanto a contenidos, la ley recoge la posibilidad de que los operadores contraten contenidos en exclusiva, pudiendo elegir si desean emitirlos en abierto o no con la única salvedad de que los prestadores que hayan contratado en exclusiva la emisión de un acontecimiento de interés general deberán permitir a los restantes prestadores la emisión de un breve resumen informativo en condiciones razonables (hasta tres minutos).

Con respecto al pago, según la nueva ley, será posible explotar canales en modalidad de pago hasta un 50% del espectro otorgado, y se amplían las licencias audiovisuales a quince años en lugar de diez.

Alta definición y HBB

Pere Vila, director de planificación e innovación tecnológica en la Corporación RTVE, ha analizado cuáles serán los nuevos ejes de trabajo en la era post-apagón “porque esto no ha hecho más que empezar. Lo que podemos dar por acabado es el apagado analógico, centrándonos en los próximos meses o años en tres ejes: alta definición, conectividad y movilidad”. Con respecto a la alta definición, existe mayor proactividad en la plataforma Digital+ y en algunas autonómicas como TVC, CART o Telemadrid, así como en la propia Televisión Española llevando la corporación un año con emisiones experimentales.

Pere Vila ha recordado que es estamos ante el segundo intento de migrar a la HD tras la experiencia de principios de los 90 en analógico, aunque ha matizado que ahora la situación es muy diferente ya que tecnológicamente está más desarrollada (con herramientas de producción en HD) y el público tiene hoy, ya en su mayoría, televisores en HD. España tiene en estos momentos más de un millón de hogares equipados con receptores HDTV, esperando que a finales de este año el número alcance los 3,5 millones gracias al tirón de eventos como el Mundial.

Vila ha señalado que actualmente TVE está utilizando sus dos múltiplex. Uno de ellos se emplea para la emisión de La 1, La 2, Clan y 24 Horas (todos ellos en SD a 4Mbps) y un segundo en el que se aloja la emisión en pruebas en HD (en MPEG4 a 9 Mbps) y Teledeporte (en SD a 4 Mbps). En caso de que finalmente se fusionara La 2 con el canal Cultura, como está considerando en este momento el Consejo de la Corporación, estos múltiplex podrían reestructurarse para dar salida en HD a Teledeporte.

Por otro lado, Pere Vila ha comentado que “si no lo remediamos estaremos ofreciendo un nivel de calidad en alta definición en TDT por debajo del que podrán ofrecer nuestros competidores de cable o satélite”.

Para la HD se imponen nuevos flujos de trabajo renovando la estructura productiva tanto en captación como en realización y postproducción (con las consiguientes conexiones y transporte de señales).

Con respecto, al modelo híbrido Internet-TV, Vila ha destacado la aparición del Hybrid Broadcast Broadband (HBB) coincidiendo con la entrada en escena del televisor conectado “que irá sustituyendo o complementando de forma progresiva a los modelos actuales”. También ha señalado la posibilidad de embeber en la señal de TDT una dirección de URL para que el espectador al pulsar un botón deje de ver la señal en TDT y pase a recibir contenidos en streaming de banda ancha generados por el propio operador.

En la IPTV la cuestión, según Vila, es el coste de distribución pasando de una ‘tarifa plana’ de las plataformas broadcast al coste por usuario de la distribución IP (con posible desarrollo del multicast conectándose al nodo más cercano por donde pase la señal). Pere Vila ha resaltado en este contexto la creación de comunidades en torno a los contenidos y el fomento de la social tv pasando de un consumo individual y simultáneo a un grupo social.

Con respecto a la televisión en movilidad, Vila ha recordado que habrá que elegir entre una oferta paquetizada de descarga como la ya existente actualmente; un nuevo marco de nuevas licencias a los broadcasters, a operadores de telefonía o a terceros; o un modelo de recepción directa (DVB-H) para el que habría que extender la red para asegurar la recepción dentro de edificios.